Ergo…
Tensión ateísmo-religiosidad.
Una postura escéptica y aciaga; violenta, como gran parte del arte judeo-cristiano lo es. Estos estudios pretenden reflejar la fascinación por el arte religioso con el que he crecido, por un lado, y por el otro, una visión acendradamente desilusionada de la espiritualidad pero sobre todo, del envilecimiento de la doctrina que ha devenido en religión altamente jerarquizada y que altocontrasta con el carácter fraterno que hasta donde sabemos, buscaban muchos de los grupos que conformaron varios de los diferentes cristianismos primitivos: los cristianismos derrotados. Intento de alguna forma reflejar mi posición ante lo que considero (como lo hacen millones) el desquebrajamiento profundo (apenas fundado y ya ha comenzado así) del Cristianismo, pero sobre todo del Catolicismo, que es la religión que como fenómeno social y político me fascina; religión que, como la serpiente Ouróboros, termina devorándose, devorando a la bella doctrina qué le dio origen; origen ya sincrético y totalmente incierto, centrado en una figura históricamente inasible, insustentable, propiamente inexistente; idealizada y comercializada hoy hasta un extremo ridículo, absurdo y francamente nórdico-aspiracional. Doctrina fraterna cuya esencia nos invita al menos en parte, al menos en lo que alcanzó a llegar hasta nosotros, a intentar alejar nuestras pulsiones y nuestro comportamiento de las y del de los chimpancés. Espiritualidad y fraternidad aplastada casi desde su inicio por las jerarquías, por las canonjías, las indulgencias, la negación y persecución a la protociencia, el miedo y el chantaje como instrumentos de control, la superstición, la misoginia; la hoguera y el potro, la eterna carga culpígena a la vitalidad, el sometimiento por la espada a otras creencias. Hoy, la complicidad descarada con el agio internacional, el encubrimiento y solapamiento a la pederastia, el sometimiento silente y suicida ante el avance del Islam en Occidente y la obstinación siempre omnipresente de permanecer y de tratar de hacer permanecer a las masas en el más profundo y lastimoso estado de pensamiento mágico, aunque contradictoriamente, siempre beneficiándose, siempre usufructuando de los esmeros y los logros, de los esfuerzos del Arte, y sobre todo de los de la Ciencia, de los de la luz de la Ciencia; el semioscurantísmo, el pavor a la libertad. La irracionalidad aplastante.
Texto: Alejandro Montoya
Curador: Guillermo Santamarina