La artista realizó cientos de pequeñas figuras de cerámica –casi todas cabecitas– que asemejaban tepalcates arqueológicos, disponiéndolas en una espiral de arena trazada en el piso, convocando al público a tomarlas libremente. El entusiasmo público causó una merma casi inmediata de las piezas y obligó a presentar un registro fotográfico del proceso de esta merma.
Curador: Edgardo Ganado, Elías Levin y Conrado Tostado