Quince óleos y doce dibujos de figuración fantástica que realizan cometarios hiperbólicos en torno a ciertos atavismos culturales mexicanos. Ciertos elementos iconográficos, que se identificarán pronto con la tendencia del “neo-mexicanismo”, se hacen evidentes en la obra, así como la “cita” proveniente de la pintura barroca y renacentista.