Bellon (1952) desarrolló un tema que ha sido desde entonces recurrente: realizar 58 retratos, en pintura y dibujo, de sus colegas, incluyendo un autorretrato. Desde Rufino Tamayo y José Luis Cuevas hasta Gustavo Monroy, varias generaciones de artistas activos en México fueron plasmados con trazo grueso y seguro, de vertiente pop.