Magdalena Fernández (Caracas, 1964) es una de las artistas más relevantes de la escena del arte latinoamericano actual. Sus obras, basadas en el video, la instalación, la escultura y el grabado, consisten sobre todo en la exploración de dos ejes temáticos: la naturaleza (y el paisaje) y una relectura de la historia del arte del siglo XX, principalmente de la abstracción, de gran fortaleza y vigencia en la modernidad artística de muchos países de América Latina entre los que sobresale su país natal: Venezuela.
Es importante señalar que, la abstracción en el trabajo de esta creadora surge de su relación con la naturaleza y con el paisaje sonoro y visual de su ciudad originaria, pero lo que ha signado buena parte de su producción artística es la relación con algunas figuras históricas del arte moderno, en particular con ciertos nombres resonantes de la genealogía abstracto-geométrica. Las obras seleccionadas para esta muestra suponen un compendio de gestos que reproducen otros previos, de allí el título de esta exposición: Ecos.
Se han reunido en esta sala un conjunto de piezas en las cuales la artista amplía la experiencia sensible de imágenes y conceptos de paradigmáticos maestros modernos como son Lygia Clark, Joaquín Torres-García, Hélio Oiticica, Jesús Soto, Kasimir Malévich, Piet Mondrian, A. G. Fronzoni y Lucio Fontana, entre otros. Ver o participar de las obras de Magdalena Fernández supone tener una experiencia desde una sensibilidad distinta. Lo que en la exploración de los creadores abstracto-geométricos ocurre en el plano de la pura visualidad, en las instalaciones de Fernández acontece en un lugar signado por nuestra presencia en el espacio y el tiempo. De alguna manera, lo que se propone en muchas de sus obras es cristalizar lo que para buena parte de la abstracción geométrica del siglo pasado era una utopía: trasladar al cuerpo y al entorno real y físico del espectador lo que tan sólo acontecía en la retina y desde la superficie plana de la pintura.
Ecos reúne propuestas que comenzaron a surgir hace más de diez años y que, desde entonces, han definido uno de los ejes de la producción artística de esta creadora hasta el presente. La secuencia de “ecos” resulta más bien una especie de cronología de sus propias obras y, por qué no, de los artistas homenajeados. Es, si se quiere ver así, una historia íntima del arte desde los ojos y los intereses intelectuales de Magdalena Fernández.
Carlos E. Palacios y Anel Jiménez