A pesar de lo que indica el título, eran polícromos los óleos de este colombiano de 27 años nacido en Alemania. Retratos de figuras gruesas, rotundas y deformes, que el autor era renuente a definir como “monstruos”, cuentan con más de una semejanza con el figurativismo del entoces floreciente neoexpresionismo alemán.