Las fotografías de Gonzalo Lebrija son el resultado de acciones, que involucran de manera real o simulada, la noción de lo épico -o al menos, de la aventura y el arrojo. El viaje solitario por el desierto y las distintas geografías y climas que tuvo que sortear el autor, evocan a la narrativa de un guión cinematográfico donde el protagonista emprende una travesía, masculina y trágica, siguiendo un impulso e impreciso que lo enfrentará con la naturaleza y consigo mismo.
Coordinación: Carlos Ashida y Leonardo Ramírez