La práctica artística de marcelaygina tiene sus orígenes en la negación como estrategia: desafiar el rol femenino tradicional y enfrentarse a la concepción académica de artista; para Georgina Arizpe y Marcela Quiroga no se debe pintar o usar materiales que impliquen trabajo manual; deciden negar al estudio como espacio de pensamiento y, de paso, la individualidad creativa.
De esta forma, y a la usanza de ciertas prácticas artísticas de los años setenta en Estados Unidos, encuentran la rebelión como posibilidad de discurso, y se autoproclaman “colectivo” como única salida a la creación; así, el espacio público resulta el lugar en el cual despliegan la alteridad y el ataque al comercio artístico se convierte en un eje estratégico.
Curadora: Taiyana Pimentel