Romero (1963) cubrió un Volkswagen sedán –ubicado en la banqueta exterior del MACG– con un tejido que se extendía hasta alcanzar una silla en el segundo piso del inmueble, rematando el tejido en un par de agujas, proponiéndonos una reflexión en torno a la conexión o incomunicación entre la “realidad” externa y la “ficción” estética refugiada en los museos.
Curador: Gustavo Artigas